Antes de que acabemos con nuestra preparación como opositores a maestro y a profesor de Secundaria hay otro paso más que debemos pasar, aparte del estudio. Se trata, claro está, de la defensa de las unidades didácticas.
Esta es una de las partes más importantes de la oposición a maestro o profesor de Secundaria. En ella, debemos exponer frente a un tribunal calificador una programación didáctica ideada dentro de un contexto concreto.
Debido a los nervios y a que no a todos se nos da bien realizar una ponencia, puede que no se nos dé del todo bien la defensa de la programación.
Por eso mismo, desde Opositare, tu preparador de oposiciones en Málaga y la Axarquía, queremos contarte algunas buenas prácticas y otras cosas que debes evitar.
Qué hacer y qué evitar en la defensa de la programación de las oposicones a maestro
Qué NO hacer en la defensa de la programación
¿Sabes eso de los false friends? Aquellas palabras en otro idioma que parecen unas en español pero en realidad su significado no es lo que imaginamos. Como embarrased en inglés, que lejos de significar embarazada, su traducción es avergonzado/a.
Con las técnicas de oratoria a usar en la defensa de la programación pasa más o menos lo mismo.
Hay ciertas prácticas habituales que, lejos de dejarnos tranquilos o captar la atención del tribunal, puede que les confunda o les haga perder la atención en lo que estás diciendo.
Las más frecuentes, y las que más nervioso te van a poner, son las siguientes:
- Mirar al fondo de la sala o a un objeto inanimado. Los componentes del tribunal se darán cuenta en el minuto 1 que lo estás haciendo. Ten en cuenta que la defensa de la unidad didáctica es una charla, una ponencia, no un recital o un concurso de memoria. Hay que explicar, no “cantar”.
- Pensar en situaciones ridículas. ¿Sabes eso de “imagínatelos desnudos”? Pues es de lo menos recomendable. Ten en cuenta que esto supone cierto esfuerzo mental que en realidad desvía tu atención de lo que estabas diciendo.
- Sabérselo todo de memoria. Sí, memorizar es el único modo de conocer algunos puntos de la programación. No obstante, hay opositores que estudian cada punto, cada coma y cada pausa de su programación y no se salen de ahí. Hay que pensar también en ser flexible y adaptarse al tiempo que tenemos y a las posibles preguntas del tribunal.
- Ir moviendo un boli, tener en la mano algún “amuleto”… tampoco son prácticas recomendables. Desviará la atención del tribunal y, si se te cae, estarás más preocupado en que se te ha escurrido el boli que en lo que tienes que estar.
Buenas prácticas para la defensa de la programación de maestro de Primaria
No todo iba a ser malo.
Una vez hemos visto las prácticas menos recomendables para controlar los nervios, ahora vamos con las que sí funcionan.
- El tribunal no va buscando tus errores. De hecho, los miembros evaluadores no tienen ni idea de qué es lo que vas a incluir en la programación. Por eso mismo, si tienes algún olvido pequeño, no te pongas a darle vueltas a eso, lo más probable es que no se hayan percatado.
- ¿Errores? Que se corijan al natural. ¿Te has equivocado al nombrar una técnica pedagógica? ¡No te preocupes! Intenta corregir el fallo con toda la naturalidad del mundo.
- Imagínate en una situación cómoda. Ante los períodos de crisis (exámenes, por ejemplo), solemos ponernos en lo peor por acto reflejo. Por eso mismo, tenemos que coger por las riendas a nuestro subconsciente y forzarnos a generar pensamientos positivos. Vernos con el tribunal felicitándonos y a nosotros ya dando clase; por ejemplo.
- Prepárate para argumentar tu programación. Todo el mundo va con la lección aprendida, pero son pocos los que saben venderla. La diferencia está en que mientras unos soltarán lastre durante la defensa, los otros intentarán convencer al tribunal de que han elegido acercadamente en la elaboración de su programación didáctica.
- A hablar se aprende hablando. En público también. Al principio, te costará exponer a solas. Por eso mismo, te recomendamos usar un apoyo (un guion, por ejemplo). Después, puedes subir el nivel exponiendo delante del espejo. Por último, prueba a contárselo a alguien. Poco a poco irás dominando el discurso y adquiriendo práctica.
- Adquiere cierta postura discursiva. Cuando ves a un ponente en la Universidad, a un presentador de televisión o a un profesor dando clase, pocas veces apreciarás que tiene las manos en los bolsillos o los brazos cruzados. Intenta expresarte también gestualmente, moviéndote por el espacio y usando las manos de forma explicativa.
- Fíjate en el miembros que esté más predispuesto a escucharte. Normalmente, los miembros de tribunal llevan horas ahí sentados evaluando a gente. Por eso mismo, es posible que algunos estén un poco desapegados a lo que estás diciendo. (¡Pero no es culpa tuya!). Te recomendamos que te fijes en quien parezca más proactivo, con más ganas de escuchar. ¡Te dará fuerzas para seguir adelante!
Hasta aquí nuestra lista de las recomendaciones y malas prácticas para defender la unidad didáctica en Primaria, que también se aplica a Secundaria.
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